Investigar la influencia de los grupos de interés sobre la actividad parlamentaria con parámetros científicos es, sin duda, una tarea compleja y, por supuesto, estimulante. Este artículo presenta los primeros resultados de mi agenda de investigación[1]. Mi planteamiento general es: ¿Cuál es la asociación entre la financiación de una campaña electoral y la ocupación de cargos directivos en el legislativo estatal en Brasil? Sin embargo, aquí abordaré una pregunta más concreta que surge de la mirada teórica: ¿Cuáles son los efectos del dinero en el proceso de elegir un candidato?
La literatura brasileña sobre financiación de las campañas ha mostrado que hay un efecto positivo de la financiación de campaña sobre el voto (Paranhos et al., 2013; Figueiredo Filho et al., 2014, Mancuso, 2015; Peixoto, 2016). Aunque la mayoría de los estudios realizados hasta ahora son sobre el legislativo federal. Una excepción se encuentra en Peixoto (2016), este autor estudió en 2010-2014 el efecto del dinero en la probabilidad de que el candidato al legislativo estadal obtenga más votos.
Es por eso que este post se suma a la escasa contribución sobre el tema. Los estados representan el ámbito donde la política tiene mayor padrón de competencia y donde la clase política se estructura en un proceso largo de aprendizaje (Abrucio, 1998).Los datos utilizados en este trabajo fueron extraídos del repositorio dirigido por el “Tribunal Superior Eleitoral – TSE” con el paquete “electionsBR” para software R (Meireles; Silva; Costa, 2016).
¿Por qué grupos de interés financiarían campañas electorales? La respuesta para Grossman y Helpman (2001) es que esta es una de las formas que los grupos de interés tienen y usan para influenciar la decisión o no-decisión legislativa, elevando el chance de elección de sus preferidos.
En la figura 1 se observa la relación directa entre gastos de campaña y voto, a través de la dispersión para los años 2006 y 2010. El eje X es el logaritmo[2] del porcentaje de los gastos de campaña y el eje Y es el logaritmo de los votos que obtuvieron los candidatos.
Arriba se muestra el coeficiente de la correlación Pearson (r) de 0.78 en 2006 e 0.80 en 2010, es decir, cerca de 80% de los votos son explicables por los gastos de campaña. Se trata de una correlación muy alta.
En relación con lo observado en figura 1, la tabla expone el resultado de una regresión lineal con las variables porcentaje de los votos y de los gastos, los dos en log. El modelo es de efecto fijo en las variables año (2006 y 2010) y Estados.
El modelo de mínimos cuadrados ordinarios que se muestra arriba presenta significancia estadística, con un error típico muy bajo. El coeficiente de la regresión apunta que cada 1% de dinero en la campaña aumenta 0.83% de votos para el candidato.
Se incluye en el análisis una segunda tabla en la que se continúa explorando la relación entre dinero y voto. Ella contiene 3 modelos de regresión lineal. La variable dependiente es el log del porcentaje de votos y ciertas variables independientes, consideradas importantes por la literatura. Entre estas: si el candidato es titular (incumbent) de una silla legislativa, el tamaño (magnitud) del distrito que en el legislativo estadales (varía entre 9 y 94), la cantidad de candidatos en la misma lista[1]; si el candidato es del partido del gobernador; y género de los candidatos.
El modelo 1 es un modelo lineal sin cualquier efecto fijo. El modelo 2 es de efecto fijo en el año y en Estados a fin de controlar los efectos de otras variables de contexto de cada Estado/año. Por último, el modelo 3 presenta una regresión con efecto mixto con intercepto aleatorio también en año y Estados.
Como vemos en la tabla 2, los coeficientes para las variables de interés prácticamente no sufren alteración substancial. Esto puede interpretarse como que el modelo 1 no es un buen modelo puesto que no controla los efectos de los años y de los Estados. En general, se puede decir que el resultado no es sensible a la especificación del modelo.
En relación a los valores que se observan en el modelo 2, el coeficiente de la variable “Log Porcentaje gasto” se reduce a 0.072, cuando se controla la variable de la competición política y género. El efecto neto de la primera variable es de 0.763, es decir, que cada 1% de gasto que el candidato hace aumenta 0.76% de votos. Este resultado coincide con los hallazgos de investigación de Peixoto (2016), aunque es un poco más alto.
Respecto a la variable “Género”, el efecto neto es mucho más pequeño en relación al modelo de Peixoto (2016) que es -129%, en el caso de ser mujer. En nuestro modelo el efecto es de -10%, en caso de ser mujer. Es posible que la diferencia sea por cuestiones de especificación del modelo, pues él utiliza porcentaje de votos pero no usa dinero en porcentaje. Asimismo en su modelo no se aclara otras especificaciones del modelo. Sí el candidato es titular (incumbent) tiene una ventaja de 43% de votos más que los candidatos no titulares, y Peixoto (2016) no incluye esta variable que de acuerdo a la literatura es importante. Sí es un candidato del partido del gobernador la ventaja es sólo de 0.03% de votos, todo eso, ceteris paribus.
Con base a la revisión de la literatura y el resultado del análisis antes descrito, hay indicios de que existe una importante relación entre dinero y voto para el cargo de Diputado de los Estados en Brasil en 2006 y 2010. No obstante, continúa pendiente analizar el carácter endógeno del problema, lo que se hará en un futuro trabajo. El candidato obtuvo más dinero para gastar porque ya tenía el potencial para atraer muchos votos, o tuvo demasiados votos porque obtuvo mucho dinero.
Bibliografía
Abrucio, Luiz Fernando. (1998). Os barões da federação: os governadores e a redemocratização brasileira. [S.l.]:Editora Hucitec.
Fugueiredo Filho, D. B., Rocha, E. C. D., Silva, D., Paranhos, R., & SILVA Jr, J. A. D. (2014). Onde o dinheiro tem mais vez: gastos e votos nas eleições municipais 2012. Delaware Reviewof Latin American Studies, v.15, n.1.
Grossman, G. M.; Helpman, E. (2001) Special interest politics. [S.l.]: MIT press.
Mancuso, Wagner Pralon. (2015). Investimento eleitoral no brasil: balanço da literatura (2001–2012) e agenda de pesquisa. Revistade Sociologia e Política, SciELO Brasil, v.23, n.54, p.155–183.
Meireles, Fernando; Silva, Denisson; Costa, Beatriz. (2016). electionsBR: R functions to download and clean Brazilian electoral data. Federal University of Minas Gerais (UFMG). Belo Horizonte, Brazil. http://fmeireles.com/files/electionsbr.pdf
Paranhos, R., Figueiredo Filho, D. B., da Rocha, E. C., da Silva Júnior, J. A., & Lavareda, A. (2013). Gastos e votos nas eleições 2012: O caso dos candidatos a prefeito das capitais brasileiras. E-Legis – Revista Eletrônica do Programa de Pós-Graduação da Câmara dos Deputados, 11(11), 29-43.
Peixoto, Vitor. (2016). Eleições e Financiamento de Campanhas no Brasil. Rio de Janeiro: Garamond.
[1] En Brasil la lista es abierta, los electores votan por candidatos.
[2] Se eligió la escala en logaritmo para mejorar la visualización, porque existen muchos valores en cero por errores de rendición cuentas, en especial para 2006 donde hay electos con bajos valores para gasto. En 2010, la calidad de los datos es mejor, aunque también cuentan con muchos valores no declarados o por errores de imputación.
PS: Artigo publicado no blog condistintosacentos do Intistituto de Iberoamérica da Universidedade de Salamanca